Microsoft ha puesto fin de forma definitiva y oficial a la vida del Internet Explorer, un clásico y veterano programa de navegación que hace muchos años que quedó desfasado, y ha sido sustituido por el Microsoft Edge.
Internet Explorer fue un navegador que nunca destacó por su velocidad o sus altas capacidades, y sin embargo fue durante muchos años el navegador hegemónico en los ordenadores con Microsoft Windows. La razón era simple; era el navegador que venía de serie con el sistema operativo Windows. Sin embargo con el tiempo, su tecnología se quedó anticuada y se quedó atrás en cuanto a prestaciones, y de una forma lenta pero imparable fue perdiendo cuota de mercado.
El primer gran navegador en quitarle el trono al antiguo Internet Explorer fue el famoso Mozilla Firefox, que aún sigue gozando de gran popularidad y sigue siendo muy querido por ser de una empresa pequeña e independiente que sólo quiere un internet libre y sin manipulaciones. Es muy rápido y con multitud de añadidos (plugins) gratuitos.
Por otro lado, al cabo de un tiempo surgió el Google Chrome, otro navegador ya clásico y el actual navegador líder, que se impuso al Firefox, no por ser mejor, sino más bien por el poder que tiene Google; una empresa enorme que de forma similar a Microsoft intenta imponer su poderío, frente a una empresa pequeña como Mozilla.
Otro navegador muy popular y muy conocido es Ópera, o el Safari en los sistemas de Apple.
Con motivo de ésta noticia, surgió otra polémica, y es que en algunas instituciones del Estado Español aún usan Internet Explorer, como el Congreso de los Diputados, incluso en ciertos aspectos parece ser aún necesario.
Aunque eso ya no debería ser ningún problema, ya que desde la versión 92 de Microsoft Edge, el Internet Explorer está integrado en él. Entonces, ahora todo recae en el navegador Edge (su sustituto) y que ya viene integrado con el Windows.
